Fotógrafo de bodas y emociones alrededor del mundo

Infancia y fotografía

Desde mi infancia, las fotos en blanco y negro que mi padre tomó en el campo han sido un pilar fundamental en mi vida. Estas imágenes, capturadas en el lugar donde crecí junto a mis abuelos, padres y hermanos, no sólo me conectan con mis raíces, sino que también moldearon mi amor por la naturaleza y la familia. Mi pasión por la fotografía se intensificó cuando, en mi comunión, recibí mi primera cámara de un tío. Con ella, comencé a inmortalizar esos preciosos momentos infantiles que ahora atesoro.

Fortaleciendo habilidades

Mi formación me brindó las técnicas, pero fue el mundo real, con sus infinitas historias y emociones, el que me formó como fotógrafo. Me sumergí en el fascinante universo de las bodas, donde cada detalle, mirada y sonrisa cuenta una historia de amor, esperanza y unión.

Hoy, tras años de experiencia, sigo siendo ese niño curioso, pero ahora con la habilidad y la pasión de capturar la esencia de cada momento. En cada boda busco esos instantes efímeros que merecen ser recordados por siempre.

Encontrando mi pasión

Siempre me gusta pasar desapercibido en vuestro gran día para así, captar mejor la esencia y emoción con naturalidad. No es raro que me emocione junto con los protagonistas, especialmente cuando veo el amor y la felicidad reflejados en vuestros rostros.

Mi nombre es Germán Molina, y soy fotógrafo de bodas. ¿Me dejáis contar vuestra historia?.

Mis trabajos más recientes

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